En Abril de 2005, Loyd V. Allen Jr, Editor en Jefe de la prestigiosa revista sobre formulación magistral International Journal of Pharmaceutical Compounding, resaltó en su artículo "What Do You Know About Pharmacy Compounding?" (¿Qué sabe sobre Formulación Magistral?) la importancia de la formulación magistral en Cuidados Paliativos. Así, explicaba Allen que

3 años después, en nuestro país, el Ministerio de Sanidad y Consumo junto con el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco lanzaban la Guía de Práctica Clínica sobre Cuidados Paliativos (disponible a través de este blog en el apartado "CUIDADOS PALIATIVOS" y actualmente en revisión), en cuyo apartado "Control de Síntomas" se reflexionaba sobre lo cambiantes en el tiempo que son los síntomas en el paciente paliativo,
"lo que determina que la evaluación y reevaluación constante del paciente y su entorno sea una necesidad y una característica esencial de los Cuidados Paliativos. [...] Los principios de un control efectivo de síntomas incluyen una valoración individualizada y, si fuera posible, el tratamiento de la etiología o mecanismo subyacente a cada síntoma; una evaluación de los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos disponibles; la elección de la pauta de tratamiento más sencilla, efectiva y cómoda.[...] La vía de administración preferente debe ser la vía oral".
para continuar enumerando a modo de resumen los principios de un control efectivo de síntomas en el paciente paliativo, entre los que se encontrarían el tratamiento individualizado, la simplificación de las pautas de tratamiento y el uso preferente de la vía oral para la administración de fármacos.

¿Qué convierte a la formulación magistral en una herramienta ideal para tratar al paciente con enfermedad avanzada y terminal? Varias circunstancias, empezando por la ya comentada necesidad de individualizar el tratamiento y terminando con los escenarios clínicos especiales y, en ocasiones, únicos que se dan en el abordaje sintomático del paciente paliativo, y para los que no hay suficiente respuesta farmacológica comercializada. Algunos escenarios en los que la formulación magistral tiene especial cabida en el paciente paliativo serían:
- Desórdenes de la mucosa oral: mucositis, aftosis, sialorrea o xerostomía, son situaciones habituales en el paciente paliativo para las que el arsenal terapéutico comercializado no da respuesta en muchas ocasiones.
- Disfagia: No sólo las aparecidas en algunas de las situaciones clínicas ya mencionadas. Cada vez es más frecuente el uso de la PEG (Gastrostomía Endoscópica Percutánea) para la que las fórmulas magistrales líquidas son necesarias, frente al manejo inadecuado de determinados fármaco que no se pueden triturar, o que atoran la luz de la sonda. En el paciente con disfagia en fase avanzada, el uso de formas liquidas mediante la formulación pueden retrasar el uso de la vía subcutánea.
- Tratamiento de las úlceras tumorales.
- Prurito de difícil abordaje: Como el colestásico, mediante adyuvantes en forma de fórmulas magistrales tópicas.
- Diaforesis o hiperhidrosis.
- Hemorragia vesical: Mediante preparados magistrales por vía intravesical.
- Proctitis: Mediante preparados por vía rectal.

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