viernes, 19 de diciembre de 2014

Cómo conseguir la segunda edición de Cuidados Paliativos y Formulación Magistral

Ante la demanda de la 2ª edición del libro Cuidados Paliativos y Formulación Magistral" por parte de Paliativistas y Formulistas, y las posibles dificultades para obtener un ejemplar en papel de las 3000 unidades que Norgine comenzó a distribuir hace ya algunas semanas, desde Fundación CUDECA se ha decidido colgar el libro en formato pdf en la web; concretamente en el portal Scribd y a 4,99 dolares (4 euros) la descarga. 


A través del enlace http://es.scribd.com/doc/249032709/MANUAL-DE-FORMULACION-MAGISTRAL-EN-CUIDADOS-PALIATIVOS , podrás obtener la obra, mientras ayudas a Fundación CUDECA a seguir cuidando, investigando y, como reza el lema, añadiendo vida a los días. Puedes obtener más información a través del post de Rafael Gómez en CUDECA ASISTENCIAL.

¡FELICES FIESTAS!

martes, 16 de diciembre de 2014

La Humildad tras la Grandeza (Antonio e Isabel)

Antonio y su hija Carmen:
dos generaciones enfermeras.
Hace ya varias semanas que se han jubilado y no pasa un día sin que en CUDECA, por uno u otro motivo, nombremos a uno, a otra, o a los dos. Para los que no conocen a Antonio Garrón y a Isabel Lorenci les diré que son dos perfectos representantes de la enfermería de trincheras, dos Enfermeras Gestoras de Casos incombustibles, onminepresentes, que reúnen todas las cualidades que cualquiera de los que hemos trabajado con ellos ya nos gustaría para nos: la sabiduría que dan los años y la experiencia, la enorme vocación de ayuda de la gente buena, una exquisitez en el cuidado digna de los mejores profesionales, una pasión imperturbable, y un sinfín de rasgos de entre los que sobresale uno, la HUMILDAD. Es la cualidad principal del que siendo grande, muy grande, reconoce llegado el momento que aún queda tanto por aprender, tanto por hacer… que a pesar de ser conscientes de los conocimientos y experiencias que han ido atesorando con el paso de los años, se sienten aprendices de todo y de todos.

Fue intercambiando impresiones con el doctor Jaime Ortiz en el transcurso del Congreso Nacional de Cuidados Paliativos cuando comprobé cuánta humildad puede atesorar alguien tan grande, tan valioso para la comunidad como Don Jaime. “Al principio, llevábamos las ampollas de morfina en el bolsillo, escondidas, como si fuéramos traficantes… Cuando inyectábamos morfina a un paciente moribundo que sufría de fuertes dolores, le provocábamos tal alivio y confort que veía a Dios”, me contaba, recordando los comienzos… ¡Qué grandeza!

Gente GRANDE, encomendada a los demás, siempre con la palabra y el gesto oportuno, siempre cuidando del que sufre, nos muestra cuánta humildad  puede esconderse tras tanta grandeza.


El vacío que nos deja Antonio (nadie como él portaba la agenda, encajada bajo el brazo como si fuera un playmobil) e Isabel (la calidez y la serenidad al otro lado del teléfono) permanecerá indefinidamente, como sus sonrisas, aunque de vez en cuando nos lleguen noticias de que andan de acá para allá, disfrutando de su jubilación, pero con un sentimiento contradictorio de añoranza por volver a las trincheras, seguro. Sus pacientes ya le han buscado un rinconcito en sus corazones para recordarlos siempre. Nosotros, también.