Mayo 2009
Queridos amigos de CUDECA,
nunca me cansaré de daros las gracias por todo el cariño y ayuda que nos dísteis a mi madre y a mí durante su enfermedad; fueron dos meses en los que me sentí cuidada y mimada al mismo tiempo que ella e hicísteis más fácil y llevadero su camino sin vuelta.
Estuvísteis en casa contínuamente en estos duros momentos para nosotros. por eso quiero que todo esté bien, Dios os lo devuelva en Salud y Bien y a todos los que os rodean para que sigais haciendo vuestro trabajo con el amor y cariño que acostumbrais.
Con todo mi cariño y mi agradecimiento.
C.G., hija de I.G.
Queridas familias y queridos cuidadores que nos acompañáis en nuestro día a día:
en estos días previos a la celebración del día mundial de los Cuidados Paliativos, todos los que nos dedicamos a esto y tenemos la opción de comunicarnos a través de la Red, estamos llamando la atención sobre la necesidad y el derecho de una atención integral al final de la vida bajo el lema "Logrando el acceso universal a los cuidados paliativos: ¿a quién le importa? ¡A nosotros!". Nosotros somos todos: pacientes, cuidadores, profesionales, sociedades, prensa, insituciones,... todos tras la hermosa iniciativa de Fernando, Ruth, Marisa y otros compañeros que demuestran, una vez más (y van...), su pasión y su compromiso inquebrantable con el ser humano, con los cuidados de aquél que sufre y con la vida.
A mí personalmente no se me ocurre una manera mejor de contribuir que recordando la figura del cuidador y de la familia en general para poner en valor, no sólo su papel fundamental en el cuidado del paciente paliativo, sino su "labor docente" para con el profesional. Sí, me estoy refiriendo a vosotros... ¡Cuánto nos enseñáis a diario!
Pero, qué curioso, son más frecuentes las cartas de agradecimiento que recibimos de vosotros, agradeciéndonos nuestro acompañamiento a lo largo del camino; estas muestras de afecto sincero y profundo agradecimiento no sólo nos calan hondo, sino que además nos marcan el camino a seguir y reafirman cuán especiales sois, vuestra fortaleza, vuestra humildad, vuestro valor.Y a pesar de todo lo que nos aportáis, de todo lo que nos enseñáis, además... ¡nos dais las gracias...!
Gacias a vosotros. Siempre.
Gracias, por dejarnos acompañaros en el camino, por enseñarnos el valor real y relativo de las cosas, por mostrarnos como se puede cuidar al ser amado sin desfallecer, con una sonrisa en la cara, sin descanso, por vuestra enorme sabiduría en el cuidado aprendida por necesidad y a trompicones (y en tiempo record), por enseñarnos el genuíno y autentico significado del CUIDADO, a nosotros, a los profesionales.
Por eso y porque no se me ocurre una forma mejor de daros las gracias, he mostrado vuestra carta de agradecimiento y creo que mostraré otras en los próximos días; así os veréis todos reflejados en cada carta; porque tan humilde, tan sencillo y tán auténtico es vuestro agradecimiento que todas las cartas son como una, y cada carta es como todas, de hermosas y de tristes, todas parecidas pero todas diferentes y ÚNICAS. Cada carta vuestra es como una vela que, puesta una tras de otra, iluminan nuestro camino profesional y humano.
Gracias a vosotros siempre. De corazón. Por todo.
Luis
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